Burgos (I). Santa María de la Asunción de Gumiel de Izán (I).


Burgos (I). Santa María de la Asunción de Gumiel de Izán (y II)

La iglesia parroquial de Gumiel de Izán, muy cerca de Aranda de Duero, una de las más grandes de la diócesis, se ubica en la Plaza mayor, en la zona más elevada del pueblo, y desde el principio atrapa nuestra vista, imponente, sobre una escalinata que data del siglo XVIII que da acceso al atrio y que realza todavía más su espectacular fachada principal.

   Iglesia de Santa María de la Asunción de Gumiel de Izán

 

Antaño la iglesia contaba con tres puertas: en el segundo tramo de la nave del Evangelio está la Puerta de San Nicolás, que abría al denominado Camposantillo, cementerio hasta mediados del siglo XIX; a los pies estaba la Puerta Honda, tapiada en 1745 aunque todavía conserve la portada gótica de arquivoltas sin decoración escultórica; y la de la fachada sur, la Puerta de Nuestra Señora de la Asunción, la principal, de comienzos del siglo XVII.

Puerta Honda, hoy tapiada, a los pies de la iglesia

Esta imponente fachada principal se levantó siguiendo las trazas de Pedro Díez Palacios y en colaboración con Francisco del Hornedal, quedando culminada en 1627.

 

Portada de Nuestra Señora de la Asunción

 

Con características entre renacentistas y barrocas, responde a la tipología de portada retablo, con tres cuerpos y tres calles, la central con las escenas en relieve y las laterales organizadas mediante columnas corintias y hornacinas, remate con frontón partido en el que figura la fecha de terminación y los nombres del mayordomo y del párroco, don Pedro de la Cal, junto a unas llaves y una tiara pontificia, quizá porque este último era comisario del Santo Oficio.

 

Detalle del remate con datos de la construcción

 

La calle central cuenta con portada adintelada sobre la que se superponen los relieves de la Asunción de Nuestra Señora, sostenida por ángeles, y la Coronación de la Virgen, con Dios Padre con los atributos de Creador, Dios Hijo con la Cruz como Redentor, y el Espíritu Santo como paloma como Santificador.

 Detalle de la fachada con el relieve de la Asunción en primer término


 La Coronación de la Virgen

  

Las hornacinas laterales, previstas para alojar esculturas de bulto, nunca fueron ocupadas, y la decoración escultórica se completa con los Cuatro Evangelistas a cada lado del vano de acceso y los relieves de la Fe, la Esperanza, la Caridad y la Justicia que recorren la parte superior del primer cuerpo.

 Relieves de San Juan Evangelista y San Marcos, a la izquierda del vano de entrada

 

Aunque la fachada es del siglo XVII, la fábrica de la iglesia es tardogótica, a caballo entre los siglos XV y XVI y construida sobre otra de fines del XIII de la que sólo se conserva el robusto campanario a los pies, aunque su remate ya sea de ese segundo periodo constructivo, con balaustre, pináculos góticos y los escudos nobiliarios de los Mendoza, pues don Íñigo López de Mendoza, I marqués de Santillana, fue señor de Gumiel durante seis años, y de los Girón, pues don Pedro Girón, Gran Maestre de Calatrava, también lo fue, heredad que pasó a sus descendientes, los condes de Ureña y duques de Osuna.

 Torre del siglo XIII a los pies de la iglesia. Los escudos de los Girón y los Mendoza flanquean el reloj

 

Puede que existiera un tercer escudo de los Castro, en referencia a don Diego de Sandoval, Adelantado Mayor de Castilla, primer conde de Castro, casado con doña Beatriz de Avellaneda, Señora de los dos Gumieles, y que habría desaparecido al colocarse el reloj en el siglo XVIII.

 

La iglesia presenta planta de tres naves y cuatro tramos con cubierta de crucería de terceletes con un trabajo más minucioso, con cruces en ligadura y escudos en las claves, en el tercer tramo central, que hace las veces de crucero.

 Esquema de la planta de la iglesia de Santa María de Gumiel de lzán (1)

 Detalle de la nave central, con cubierta de terceletes en primer término y la de cruces en ligadura que hace las veces de crucero a continuación

 

El último tramo está elevado sobre grada y se conforma como altar mayor, con un espectacular retablo, la joya de la iglesia

Retablo de Santa María de la Asunción

Detalle con la escena de la Coronación de la Virgen

 En cuanto a los últimos tramos laterales de la iglesia, flanqueando el altar mayor, se encuentran los retablos gemelos de Santiago, en el lado de la Epístola, y San Pedro, en el del Evangelio, obras renacentistas atribuidas a Juan de Arteaga, discípulo de Juan de Juni. Por encima aparecen los escudos del obispado de Osma, de quien dependía la parroquia.

Retablo de Santiago en el testero de la Epístola

 

En origen, en ese testero de la Epístola se conformaba una capilla funeraria financiada a mediados del siglo XV por don Pedro de Gumiel y su esposa, doña Catalina Velázquez, de ahí que estuviera bajo la advocación de Santa Catalina, cuya imagen ocupa la parte alta del retablo de Santiago.

 

En cuanto al retablo de San Pedro, el que la escena superior muestre el Abrazo ante la Puerta Dorada se debe a que estuvo dedicado a Santa Ana. Además, la figura del santo, entronizado, tiene una adaptación algo forzada y se piensa que podría proceder de la ermita de San Pedro y San Andrés, desaparecida en 1820. De todos modos, los relieves laterales, sí hacen alusión a la vida del santo.

Retablo de San Pedro en el testero del Evangelio

 

Como ya se ha podido comprobar, la iglesia está plagada de obras de arte e incluso acoge el denominado Museo Gomellano, creado en la década de 1930 gracias a la iniciativa de don Miguel Abad y don Adrián Peñalba, ecónomo y coadjutor de la parroquia respectivamente, con algunas obras procedentes del desaparecido monasterio cisterciense de San Pedro de Gumiel de Izán y de otras iglesias bajo la jurisdicción de la zona, como Revilla, Rebeche, Torrubia, San Martín, Torrecilla, Quintanilla de los Caballeros o Tremello, varias de ellas muy interesantes y “viajeras”, presentes en distintas exposiciones.

 

La mayoría se encuentran en la sacristía, un ámbito dividido en dos salas que ocupa el ángulo noreste de la iglesia, al lado del presbiterio, y que en su día fue la capilla funeraria de la Purísima, fundada por los Meléndez de Gumiel.

 

Hasta 1975, en el centro de la primera sala se levantaba el sepulcro familiar, un túmulo renacentista de piedra de Hontoria y jaspe de Espejón del que sólo queda una referencia en el suelo, desmontado para dejar más despejada la capilla porque era en ella donde se celebraba el culto diario.

Aspecto del primer ámbito de la sacristía, con una lápida en el suelo que recuerda que fue la capilla funeraria de los Meléndez de Gumiel

 

Los dos retablos gemelos barrocos dedicados a San Esteban y a San Francisco de Asís estuvieron adosados a las primeras columnas de la nave central de la iglesia, retirados cuando ésta fue restaurada y limpiada en 1963 tras ser declarada monumento histórico-artístico y colocados en este emplazamiento pero sólo su parte central con las imágenes que les daban nombre, con varios de sus relieves dispersos por la capilla.

 

Entre dos arcosolios del testero norte de esta primera sala se ubica el denominado Cristo de la Salud, de comienzos del siglo XVII, relacionado con la escuela de Berruguete, que procedía del sepulcro de los Gamarra en la nave de la Epístola, trasladado cuando se levantó el altar de la Virgen de Fátima, hoy también desaparecido.

 

Dentro del arcosolio de la izquierda se encuentra el relieve de la Degollación del Bautista, parte del mencionado retablo de San Esteban. En cuanto al arcosolio de la izquierda, en la parte de arriba alberga el relieve de San Pedro Regalado elevado al cielo por unos ángeles, del retablo de San Francisco y debajo se encuentran cuatro tallas de bulto.

 Otro punto de vista de la primera sala de la sacristía, con el Retablo de San Esteban, el Cristo de la Salud entre los dos arcosolios, los relieves de la Degollación del Bautista y San Pedro Regalado elevado al cielo por unos ángeles, procedentes de los mencionados retablos de San Esteban y San Francisco, y cuatro tallas de bulto

 

Se desconoce la procedencia del San Saturio, patrón de Soria, del siglo XVII, con un relicario incrustado en el pecho; a continuación se ubican una Purísima con el Niño, talla de comienzos del siglo XVI procedente del altar de esta capilla funeraria, que ya habíamos dicho que estaba bajo esa advocación, un obispo y un San Antonio de Padua con el Niño Jesús fechado en el siglo XVIII, también de procedencia desconocida.

 Relieve de San Pedro Regalado elevado al cielo por unos ángeles y tallas de bulto de San Saturio, una Purísima con el Niño, un obispo y un San Antonio de Padua con el Niño Jesús

 

En la segunda sala se exponen otras interesantes obras. La Virgen del Tremello, de fines del siglo XII, procedente de la ermita del despoblado de San Martín de Tremello, es una de las piezas más viajeras del museo, que estuvo en 1973 en Madrid y Barcelona para la exposición Silos y su época y que incluso ha traspasado fronteras, en Las Edades del Hombre celebrada en Bruselas en 1996.

   Aspecto general del segundo ámbito de la sacristía, con la Virgen de Tremello, dos tablas hispano-flamencas de fines del siglo XV, seguramente también de San Pedro, con santos emparejados y el Crucificado y el San Juan de Rebeche

 

Un Crucificado y un San Juan Evangelista, es lo que queda de un Calvario procedente de la ermita del Santo Cristo de Rebeche cuya Virgen fue robada en la década de 1990, antes de que se decidiera su traslado al museo. El delicado San Juan estuvo expuesto en Las Edades del Hombre en Valladolid en 1998, protagonista incluso de uno de los carteles anunciadores.

 San Juan Evangelista del Calvario de Rebeche

  

De nuevo en las naves de la iglesia, el primer cuerpo de la torre, a los pies de la iglesia, se convirtió en coro, elevado sobre una escalera, cuando en el siglo XVIII se cegó la puerta gótica.

 Nave central de cara a los pies de la iglesia, con el coro elevado sobre una escalera al fondo

 

Pero en el XVI, flanqueando la torre, ya se habían adosado, a ambos lados de la torre, la capilla del Rosario y la del Cristo de la Paciencia. La capilla del Rosario, de gótico tardío y con cubierta de crucería en cuyas claves aparecen David, Abraham, Moisés, Isaías y Daniel, está presidida por un retablo barroco de dos cuerpos con tallas, una Santísima Virgen subiendo a los Cielos y también llaman la atención cuatro pequeños relieves con la Circuncisión, la Huida a Egipto, la Adoración de los Pastores y la Epifanía.

 Cubierta de crucería de la capilla del Rosario, con las figuras de David, Abraham, Moisés, Isaías y Daniel en las claves

 

En la capilla del Cristo de la Paciencia destaca la talla de un crucificado del siglo XIII.

 

Cristo de la Paciencia

 

Desde esta capilla se accede al baptisterio, un ámbito semicircular con la pila bautismal en el centro, de fines del siglo XV, realizada en piedra de Espejón con forma de copa sobre pie cilíndrico y cuyas dimensiones nos hacen pensar en bautismo por inmersión. Está decorada con doce arcos trilobulados que acogen relieves de los doce Apóstoles.

 Pila bautismal de la parroquia

 

Además, en las paredes se ubica una colección de relicarios, unos procedentes de la ermita de la Virgen del Río y otras del desaparecido San Pedro, con reliquias recopiladas en 1223 en la diócesis de Colonia y que llegaron al monasterio tras una misión diplomática del abad por orden de Fernando III el Santo para entrevistarse con el arzobispo Engelberto de esa diócesis, y que en su momento dieron gran fama al monasterio. Se piensa que se trasladaron a la iglesia de Santa María de Gumiel en 1810 por miedo a que fueran profanas por las tropas francesas en la invasión napoleónica.

 Relicarios ubicados en el baptisterio

  

Al tiempo que se hizo el coro a los pies de la iglesia, desmontándose el que estaba en la nave, también se construyó la actual plataforma para el órgano, en el arco izquierdo del primer tramo de la nave central, aunque el instrumento está echado a perder y sin prácticamente posibilidades de restauración, faltándole muchas de sus piezas.

 Coro y órgano


En el primer tramo de la nave del Evangelio se encuentra el Retablo de la Soledad, de estilo barroco, recientemente restaurado y en el que radica la Cofradía de la Esclavitud. Cuenta con una imagen de la Virgen de la Soledad, de ahí su denominación, un relieve superior con la Aparición de la Virgen a San Ildefonso y un destacado Cristo yacente, articulado, de la escuela castellana, dos figuras que procesionan el Viernes Santo.

 Retablo de la Virgen de la Soledad

 Detalle del Cristo yacente

 

A su lado, casi desapercibido, se encuentra parte del sarcófago de fray Diego Velázquez, cofundador de la Orden de Calatrava, retirado en el desaparecido monasterio de San Pedro y fallecido en 1196, sin que se conozca el destino de la tapa.

 

A continuación se encuentra al Altar de Santo Domingo de Guzmán, de estilo barroco y construido en 1726, santo de larga devoción en Gumiel, pues se dice que de niño vivió en la localidad, aprendiendo las primeras nociones de un tío suyo arcipreste. El retablo consta de dos cuerpos con una imagen de bulto del santo y un relieve con La entrega milagrosa del retrato de Santo Domingo en el convento de Soriano.

Retablo de Santo Domingo de Guzmán

  

En el tercer tramo de la nave del Evangelio se abre la capilla de San Miguel, con un retablo barroco del entallador Félix Fresno presidido por el arcángel matando al dragón y los escudos de los Girones, los Mendoza y los Osuna, señores de Gumiel de Izán.

 Detalle del San Miguel Arcángel de la capilla de San Miguel



*Obtenido de un fantastico articulo de la web "viajar con arte" asi como las fotos